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Historia

 

 

      La princesa Sofía visita el centro en 1967

 

 

 

 

 

El 13 de agosto de 1966 el anterior Jefe del Estado, Francisco Franco, inauguro el Colegio Provincial la Milagrosa, situado en los terrenos de la antigua Granja. El edificio se levanto en una parcela de 30.000 m2, que incluía una amplia zona ajardinada y destinada a actividades deportivas. En planta con forma de ele, tenía unos 3.500 m2 y comprendía tres pisos por la parte exterior y cuatro en el  lado que conectaba con el Hogar la Milagrosa.

 

Se cumplía así la segunda parte de un proyecto social que había comenzado diez años antes con la creación del Colegio Provincial Calvo Sotelo. El espíritu que animo a dicho proyecto fue una renovación del sentido de la beneficencia que se había estado practicando hasta mediados de los años 50 del siglo pasado.

El 1 de enero de 1963, el Presidente de la Diputación, Rafael Puga Ramón, decía en La Voz de Galicia: “… ver esa casa levantada es a mi mayor preocupación, mi mayor ilusión. Serán acogidas todas estas niñas de la Casa de la Misericordia y allí recibirán una instrucción similar a la del Bachillerato Laboral, con el cual, lo mismo que los niños del Calvo Sotelo, saldrán bien preparadas para defenderse en la vida...”

 

Desde los comienzos, el Colegio Puga Ramón estuvo abierto al barrio, es decir, que junto con las internas de la Milagrosa, se escolarizaron alumnas externas. Estaba adscrito cómo Filial Nº1 del Instituto Eusebio da Guarda y en la memoria del curso 1971-72, cuyo horario contemplaba clases el sábado, se puede ver un listado de trescientas noventa y siete alumnas y un claustro de siete profesores, incluida su directora, "Consuelo Mariño".

Desde entonces muchas cosas fueron cambiando. El hogar desapareció y con él la primitiva vocación a la que había estado destinado; ya no es un colegio femenino, sino mixto; quedan muy pocos profesores de aquel primero claustro y pasaron por él muchos más que hoy no están en el centro. Sin embargo, permanece el mismo espíritu de docencia y el deseo de formar a todos los alumnos que pasan por estas aulas con el fin de que puedan conseguir sus objetivos profesionales en la vida adulta y, sobre todo, ayudarlos a convertirse en ciudadanos responsables, plenamente integrados en la sociedad actual.

Fueron cuarenta años de aprendizaje, pero también de excursiones, fiestas, actividades, de convivir y todo lo que esto conlleva.

Por todo esto os damos la BIENVENIDA A TODOS, a los que ya no estáis, a los que ahora os encontráis con nosotros y a los que vendréis un día a estas aulas.